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Lydia Cacho

Candidatura en la edición del año 2021

(Foto: Eneas de Troya (CC BY 2.0))

Lydia Cacho, periodista, activista y escritora mexicana, denunció la mafia de la pederastia en México, lo que la llevó a sufrir amenazas, ser secuestrada por el gobernador de Puebla Mario Marín Torres en 2005, y finalmente exiliarse. El pasado 3 de febrero, Mario Marín, que llevaba prófugo dos años, era por fin detenido por las torturas y la detención ilegal de Cacho.

Lydia María Cacho Ribeiro, nacida en Ciudad de México en 1963, es una periodista, activista y escritora mexicana. Desde muy joven, se involucró en la defensa de los derechos de las mujeres. En 2004 publicó el libro Los demonios del Edén, donde denuncia la mafia de la pederastia en México y la explotación comercial del sexo con menores con la anuencia de la clase política, e implica a varios personajes públicos. Los delitos que denunció Lydia Cacho tuvieron lugar en Cancún (Quintana Roo), donde ella residía y donde fue secuestrada por elementos policíacos de Puebla y trasladada de manera ilegal a ese estado, por orden del gobernador de Puebla, Mario Marín Torres (del PRI).

En 2005 Jean Succar Kuri, pederasta y corruptor de menores preso en Arizona, la amenazó de muerte. También fue amenazada por José Ramón Hernández, ex agente del Cuerpo Especial Antisecuestros de Torreón, y por Alfredo Jiménez Potenciano, presunto narcotraficante, razones por las que Cacho contaba con una escolta de la Agencia Federal de Investigación. Esta escolta fue burlada durante su detención y traslado a Puebla en diciembre de 2005, tras la demanda por difamación interpuesta por Kamel Nacif Borge, señalado en el libro Los Demonios del Edén como amigo del pederasta detenido en Arizona.

El 14 de febrero de 2006 se dio a conocer la grabación de una llamada telefónica entre el gobernador de Puebla y Kamel Nacif, en la que este último le agradecía el favor hecho por Marín al detener y procesar a Lydia Cacho; estos hechos sustentarían las denuncias realizadas por ella. Gran parte de los políticos de México, organizaciones sociales y medios de comunicación exigieron la aclaración del caso e incluso la renuncia del gobernador. 

Posteriormente a su detención, el comité de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas pide al estado mexicano que se repare el delito de difamación provocado a la periodista. El comité de la ONU deja claro que reconoce el suceso como un caso de violación a mujeres en el sistema de justicia. Después de una larga etapa judicial, y dadas las amenazas constantes que recibe, se autoexilia y continúa su actividad de denuncia, manteniendo una columna en el  periódico El Universal de 2009 a 2014, que deja ese año porque, según ella misma manifiesta, se dieron circunstancias que le impidieron continuar. 

Tiene publicados más de una docena de libros y recibido numerosos e importantes premios por su lucha a favor de la igualdad, de la mujer y los derechos humanos.

La motivación de su candidatura viene fundamentada por la detención, el pasado 3 de febrero de este año, del ex gobernador de Puebla, Mario Marín, quien tras la denuncia por torturas durante la detención ilegal de Lidya Cacho llevaba dos años prófugo en Acapulco.

Los textos aquí recogidos pertenecen a las candidaturas presentadas al Premio. Los organizadores no comparten, necesariamente, su contenido.