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Anabel Hernández

Candidatura en la edición del año 2016

Anabel Hernández

Anabel Hernández García (México, 1971) es una periodista y escritora mexicana. Amenazada de muerte por sus investigaciones sobre las conexiones entre el narcotráfico y la administración, es una de las muchas mujeres y hombres cuya vida está en peligro por ejercer el periodismo.

Anabel Hernández García fue reportera fundadora de los periódicos Reforma (1993-1996) y Milenio (1999-2002) y trabajó en El Universal (2002-2006) y su suplemento La Revista

Mientras investigaba el enriquecimiento ilícito del expresidente Vicente Fox para el libro La familia presidencial, llegó al asunto que, tras un intenso trabajo de investigación, le posibilitaría sacar a la luz Los señores del narco, el libro que le cambió la vida obligándola a compartirla permanentemente con guardaespaldas. Entre la publicación de uno y otro libro, pasaron cinco años durante los cuales Anabel Hernández también colaboró con el sitio web Reporte Indigo, siempre informando sobre corrupción y las ramificaciones del narcotráfico en la administración pública. Las amenazas eran constantes, pero se intensificaron poco tiempo después de que Los señores del narco llegara a las librerías. 

Los hechos fueron denunciados a través de la prensa y se pidió protección a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que le ofreció únicamente dos guardaespaldas. Pero las amenazas constantes  no le quitan el ánimo a Anabel Hernández. No lo suficiente para que abandone sus investigaciones o huya del país. Tuvo la oportunidad de dejar México cuando asociaciones de periodistas de EEUU le ofrecieron asilo. Sin embargo, no lo aceptó.

Hernández denuncia que las relaciones entre el narcotráfico y el Estado mexicano tienen raíces en los años 70. En aquel entonces, el Gobierno tenía acuerdos con los capos de la droga. La gran diferencia con la actualidad es que antes existía total control de las instituciones estatales sobre los cárteles: “El Gobierno era una autoridad sobre los traficantes y les decía lo que podían y no podían hacer. El Estado tenía fuerza para imponer las reglas”, explica.

“El que una periodista tenga que andar con escoltas es una vergüenza para cualquier nación. Temo constantemente por mi integridad física y la de mi familia, pero el temor sólo me impulsa y me hace entender que estoy en la línea correcta”, afirma Hernández.

Los textos aquí recogidos pertenecen a las candidaturas presentadas al Premio. Los organizadores no comparten, necesariamente, su contenido.