El semanario satírico francés Charlie Hebdo cumple 45 años como referente del humor crítico e irreverente, implacable con los abusos de los poderes institucionalizados, de los transfuguismos ideológicos oportunistas, o de las diversas caras de la corrupción política, desde la económica hasta la discursiva.

La libertad de expresión sin tabúes, que se rebela contra el apriorismo de los temas intocables, constituye la bandera histórica de una publicación que se convirtió en referencia en Europa por sentar las bases de un humor fresco, pegado a la actualidad periodística, gamberro e incluso implacable desde la perspectiva del políticamente correcto.

Desde su nacimiento en 1969, como respuesta desobediente a las reiteradas prohibiciones que había sufrido su ancestro Hara Kiri, Charlie Hebdo fustigó los atropellos y extralimitaciones de grandes corporación empresariales y financieras. En el terreno de la política, por poner ejemplos, censuró comportamientos de la clase política francesa sin perjuicios ideológicos o partidistas: la derecha xenófoba de la familia Le Pen, la red de corruptelas del neogaullismo, los delirios imperialistas del socialista François Mitterrand o las tentaciones suicidas de la izquierda postcomunista.

Charlie Hebdo fue singularmente reprobatoria con respecto a los fundamentalismos de índole religiosa y, como consecuencia de eso, sufrió un atentado que acabó con la vida de once personas. La mañana del 7 de enero de este año, dos hombres encapuchados y vestidos de negro, portando sendas Kalashnikov, irrumpieron en la sede del semanario en París y mataron a doce personas, además de herir de gravedad a otras cuatro. Entre los asesinados figuran autores relevantes del humor gráfico no solo francés, sino europeo, como Cabu, Wolinski, Honoré, Tignous y Charb. El atentado fue condenado por numerosísimas manifestaciones a favor de la libertad de expresión, convocadas bajo el lema Je suis Charlie ('Yo soy Charlie').

Esta candidatura al premio José Couso quiere ser un merecido reconocimiento a una larga trayectoria en el terreno del periodismo gráfico que reivindica la bandera de la irreverencia y de la crítica más libre, más cáustica y combativa. Y eso cobra una mayor significación teniendo en cuenta la brutalidad del ataque recibido, que constituye un atentado a la cultura en libertad. A causa de Charlie Hebdo en estos momentos representa la causa universal de la expresión y de la información en libertad.